DIARIO DE AVILA

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Bacalao y cochinillo en La Moraña

El Figón de Arévalo organiza hasta el próximo 18 de marzo sus XI Jornadas Gastronómicas en torno al cochinillo, el bacalao y la carne de buey. Un menú degustación ofrecerá a todos los clientes la posibilidad de disfrutar de los mejores manjares

Está claro que la gastronomía morañega se basa en el cochinillo, un manjar que ha conseguido mostrarse al mercado nacional con la marca Tostón de Arévalo y que hace gala de una calidad extraordinaria. Sin embargo, algunos restaurantes de la comarca afrontan  otras experiencias culinarias con gran éxito desde hace varias temporadas. Es el caso de El Figón de Arévalo, que comenzó ayer a celebrar sus XI Jornadas Gastronómicas basadas en el bacalao, el cochinillo y la carne de buey a la brasa, otra de sus especialidades. «En  este encuentro gastronómico contamos con más de 40 recetas diferentes de bacalao, un producto procedente de Noruega que nos suministra una empresa asturiana», afirma María Aurora Arias González que, junto a su marido, Juan Rodríguez Fernández, regentan este restaurante familiar con 30 años de vida. A su lado, durante todos los días de las jornadas, que se desarrollarán hasta el 18 de marzo, el maestro de cocina vasco Juan Mari Humada, hará posible  que las emociones que se transmiten a través de los sentidos y que comienzan en el paladar, sean vividas los comensales que acudan a El Figón.
María Aurora, que desempeña su trabajo en la sala, atendiendo a los clientes, afirma que «aunque nuestro plato estrella es el cochinillo elaborado en horno de leña, hacemos estas jornadas para demostrar las peculiaridades y calidad de los platos elaborados con otros productos». Así en estas decimo primeras jornadas volverán a ofrecerse en la carta formada por un menú degustación, un sabroso bacalao y la carne de buey. Para empezar a abrir boca, nuestros anfitriones ofrecen un capuchino de bacalao y tomate para continuar con cuatro opciones diferentes de bacalao, arte para el paladar como su ensalada de láminas de bacalao con vinagreta de caviar de trucha o bacalao y panceta ibérica confitados con pil pil de ajoblanco, por ejemplo. En cuanto a las carnes, El Figón propone cochinillo asado en horno de leña o chuletón de buey a la brasa. «Nuestro horno de leña está en el salón principal, a la vista de todos los comensales», afirma María Aurora, con orgullo. Todos estos platos se riegan con buenos vinos de crianza de roble y, una vez que la comida ha avanzado lo suficiente, llega el momento del postre, a base de miloja de chocolate y trufa blanca con sorbete de cacao y menta. Así, por el precio de 40 euros, todos los clientes que lo deseen pueden disfrutar de una propuesta de primera calidad, una experiencia inolvidable, a buen seguro.
Juan se encarga del horno y su trabajo es laborioso y muy profesional. Mientras tanto, los comensales disfrutan del ambiente que ofrece la sala de El Figón, de la buena conversación, de los sabores… Cabe recordar que el Figón de Ávila ha obtenido prestigiosísimos premios por su trabajo. El Collar de Oro Internacional (2004), entre otros muchos galardones, da buena muestra del buen trabajo realizado y durante estas jornadas, serán muchas las personas que puedan comprobarlo de manera personal. Además, los platos con mayor aceptación entre los clientes se incorporarán a la ya variada carta del restaurante, de manera permanente.

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